martes, 17 de enero de 2017

Soñando con paternalismos

Tan maravilloso como suena, el sueño de hoy no necesita mucha interpretación. Dentro de lo que suelen ser mis sueños, este ha sido bastante claro. Pero os lo dejo para que juzguéis vosotros.

El sueño empezaba en un bonito pueblo costero. Todo parece ir bien, hasta que vemos aparecer una barca que se dirige hacia nosotros, y detrás, una gran bandada de algo que ya conocemos. Murciélagos carnívoros gigantes. el pueblo entra en pánico, y empezamos a prepararnos para lo que viene. La última y primera vez que vinieron, gran parte de la población fue devorada por estas criaturas, por lo que los supervivientes construyeron una especie de torre protectora que pudiese albergar a la población.

Empezamos a entrar, y aviso de que cierren las ventanas, que estaban abiertas. Pero esta vez hay algo diferente. Los murciélagos no atacan. Salgo afuera con otra chica, y me encuentro a la persona de la barca. Es una amiga. Juntas, miramos con preocupación a los murciélagos. Parecen vigilarnos. Me inunda el pensamiento de que los ha enviado alguien. Y no soy la única que lo piensa. Mis dos amigas y yo nos subimos en la barca. Es hora de buscar respuestas. Mientras los murciélagos no ataquen el pueblo, todo irá bien.

Llegamos a la ciudad. Es parecida a Venecia, canales y agua por todas partes. Subimos a un edificio donde está el "emperador"/dictador que suponemos está enviando los murciélagos para que le obedezcamos.

Su oficina está protegida por sistemas tecnológicos y escondida por partes de la casa con mecanismos ocultos, que camuflan ese espacio. Cuando llegamos, nos mira de forma benevolente, y casi ni nos deja explicarnos, antes de empezar a soltarnos que no piensa alejar a sus murciélagos, que están ahí para asegurarse de que no nos salimos de la línea. Cuando le digo que queremos la libertad del pueblo, el hombre se ríe, me mira como si fuese una cría, y me dice que esto es todo por nuestro bien, que lo entenderemos algún día. Pero que mientras tenemos que obedecer. Y luego se va, dejándonos encerradas en aquel despacho.

No sé cómo, conseguimos salir del despacho, y llegamos a lo que imagino sería la habitación del dictador. (Que da la casualidad, o no, de que se parece enormemente a la habitación de mis padres)
allí intentamos por muchos medios salir, y también intentamos encontrar algo que nos sirva para hacerle chantaje, o para liberar al pueblo. Sin éxito. Y en un momento dado, entra él. Para darnos otra charla sobre lo bueno que es, su buenísima intención acerca de la aldea y que los murciélagos están para protegerlos. Y para rematar, me sonríe, me dice que sea una buena chica y me da dinero.

Luego recuerdo tener un ataque de ansiedad dentro del mismo sueño antes de despertarme.

Es curioso como mi cerebro ha recogido actitudes paternalistas de mi vida y las ha juntado en un sueño en la figura de un dictado. No me había dado cuenta de hasta qué punto los paternalismos están interiorizados en nuestra sociedad y en nosotres mismes. Creo que es algo importante que hay que hacer más visible. ¿Vosotres que creéis?

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