Hace un tiempo subí una entrada contándoos mi experiencia con trastornos alimenticios. Y quería dejar claro un mensaje. Se puede salir.
Y quiero dejar algo muy muy clarito. Aquello que os propongáis y luchéis por ello, os saldrá. Y lo lograréis. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Y sí, sé lo difícil que puede resultar, lo duro que se hace acallar a la mente que mina cada pensamiento positivo que tenemos, que nos hace pensar que NO PODEMOS. Pero no es cierto. Claro que podemos. Sólo necesitamos la fuerza para empezar, y la constancia para continuar.
Esto es una colaboración con una bonita amiwi que me ha dejado compartir su experiencia con vosotres. (
Lo más importante que he aprendido en estos años
de lucha es a ponerme a mí por delante. Cuando estás peleando por llevar una
vida normal y sana no puedes pararte a pensar en los demás, porque, siendo
completamente sinceros, si tú no cuidas y piensas en ti, nadie más lo va a
hacer.
Para comenzar a recuperarme lo primero que tuve
que hacer fue deshacerme de relaciones tóxicas y amistades que sólo conseguían
agobiarme, lo cual me llevaba a sentirme más ansiosa y a tener más crisis.
Una vez me hube liberado de cargas sociales me
centré en organizar mi día a día. El problema de la ansiedad es que te hace
creer que el tiempo pasa demasiado deprisa y que no vas a poder organizarte
bien, lo cual es completamente falso. Con mi experiencia he aprendido que soy yo
la que va a acelerada. Lo hago todo corriendo, pensando que voy a tardar más en
resolver mis problemas, lo que me hace estar siempre estresada y agobiada y me
lleva a refugiarme en la comida. Aprender a dividir el día, marcar un horario
estricto fue crucial para recuperarme.
Lo tercero y casi de vital importancia fue hacer
las paces con la comida. Aprendí que era mejor tener una tabla semanal de
comidas que estableciese rígidamente los menús de cada día y, conociendo mis
debilidades, me deshice de todo alimento que no fuese a formar parte de mi
dieta (así no había tentaciones de ir a picar). Al principio la idea de hacer
pequeñas comidas a lo largo del día me aterrorizaba (¿cómo iba a estar todo el
día comiendo si no tengo límites?), pero una vez que empecé a hacerlo comprendí
lo importante que era. Al comer cada poco tiempo no estaba ansiosa y mi
estómago estaba siempre lleno, de manera que tenía más energía y cuando llegaba
la hora de una gran comida no me sentía nerviosa y/o con la necesidad de
comerme todo lo que se pusiese delante de mí.
Además, decidí informarme sobre temas
nutricionales. Decidí averiguar cuántas calorías tenía que ingerir al día para
mantenerme en mi peso y decidí construir los menús semanales en base a esa
información.
Por último, aprendí a mantenerme ocupada. Los
tiempos muertos eran los peores para mí (sí, confundes el aburrimiento con el
hambre), así que comencé a apuntarme a actividades y buscar nuevos hobbies. Al
principio me agobiaban porque pensaba que me quitaban tiempo (y como estaba
siempre estresada creía no tener el suficiente) de mis estudios y demás, pero
le di una oportunidad y en menos de una semana me había dado cuenta de que
seguía estando al día con la universidad y afrontaba las clases con mucho más
optimismo.
Es verdad que aun así hay veces que caes, es
absurdo pensar que no vas a volver a sufrir un atracón, porque esto es un
proceso. Al principio caes más a menudo, hasta que de golpe un día te das
cuenta de que llevas dos semanas comiendo bien y sin sufrir ningún tipo de
crisis o de ansiedad.
Así que, ¿qué hacer cuando has recaído?
Lo importante es no desesperar. Que hayas caído
una vez no quiere decir que seas un fracaso y que jamás vayas a mejorar.
Perdónate a ti mismo y pasa página. Al día siguiente procura beber mucho agua y
mantenerte fiel a los menús que has establecido. Bajo ningún concepto te
castigues pasando hambre porque así solo conseguirás volver a recaer.
Además, intenta racionalizar lo que ha pasado.
Para ganar un kilo de peso necesitas consumir ni más ni menos que 7000 kcal.
Así que no, con un atracón no has echado a perder tu trabajo ni vas a engordar.
Es el trabajo constante el que cuenta, no lo olvides.
1 comentario:
Estoy orgullosa de vosotras, os quiero.
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