lunes, 10 de octubre de 2016

Consejos para mejorar con un TCA

Buenos días, criaturitas del bosque. Hoy estoy increíblemente feliz y  animada, así que vengo a intentar compartir mi felicidad con vosotres.

Hace un tiempo subí una entrada contándoos mi experiencia con trastornos alimenticios. Y quería dejar claro un mensaje. Se puede salir.

Y quiero dejar algo muy muy clarito. Aquello que os propongáis y luchéis por ello, os saldrá. Y lo lograréis. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Y sí, sé lo difícil que puede resultar, lo duro que se hace acallar a la mente que mina cada pensamiento positivo que tenemos, que nos hace pensar que NO PODEMOS. Pero no es cierto. Claro que podemos. Sólo necesitamos la fuerza para empezar, y la constancia para continuar. 

Esto es una colaboración con una bonita amiwi que me ha dejado compartir su experiencia con vosotres. (@ArwenLightwood en twitter)



Lo más importante que he aprendido en estos años de lucha es a ponerme a mí por delante. Cuando estás peleando por llevar una vida normal y sana no puedes pararte a pensar en los demás, porque, siendo completamente sinceros, si tú no cuidas y piensas en ti, nadie más lo va a hacer.

Para comenzar a recuperarme lo primero que tuve que hacer fue deshacerme de relaciones tóxicas y amistades que sólo conseguían agobiarme, lo cual me llevaba a sentirme más ansiosa y a tener más crisis.

Una vez me hube liberado de cargas sociales me centré en organizar mi día a día. El problema de la ansiedad es que te hace creer que el tiempo pasa demasiado deprisa y que no vas a poder organizarte bien, lo cual es completamente falso. Con mi experiencia he aprendido que soy yo la que va a acelerada. Lo hago todo corriendo, pensando que voy a tardar más en resolver mis problemas, lo que me hace estar siempre estresada y agobiada y me lleva a refugiarme en la comida. Aprender a dividir el día, marcar un horario estricto fue crucial para recuperarme.

Lo tercero y casi de vital importancia fue hacer las paces con la comida. Aprendí que era mejor tener una tabla semanal de comidas que estableciese rígidamente los menús de cada día y, conociendo mis debilidades, me deshice de todo alimento que no fuese a formar parte de mi dieta (así no había tentaciones de ir a picar). Al principio la idea de hacer pequeñas comidas a lo largo del día me aterrorizaba (¿cómo iba a estar todo el día comiendo si no tengo límites?), pero una vez que empecé a hacerlo comprendí lo importante que era. Al comer cada poco tiempo no estaba ansiosa y mi estómago estaba siempre lleno, de manera que tenía más energía y cuando llegaba la hora de una gran comida no me sentía nerviosa y/o con la necesidad de comerme todo lo que se pusiese delante de mí.

Además, decidí informarme sobre temas nutricionales. Decidí averiguar cuántas calorías tenía que ingerir al día para mantenerme en mi peso y decidí construir los menús semanales en base a esa información.

Por último, aprendí a mantenerme ocupada. Los tiempos muertos eran los peores para mí (sí, confundes el aburrimiento con el hambre), así que comencé a apuntarme a actividades y buscar nuevos hobbies. Al principio me agobiaban porque pensaba que me quitaban tiempo (y como estaba siempre estresada creía no tener el suficiente) de mis estudios y demás, pero le di una oportunidad y en menos de una semana me había dado cuenta de que seguía estando al día con la universidad y afrontaba las clases con mucho más optimismo.

Es verdad que aun así hay veces que caes, es absurdo pensar que no vas a volver a sufrir un atracón, porque esto es un proceso. Al principio caes más a menudo, hasta que de golpe un día te das cuenta de que llevas dos semanas comiendo bien y sin sufrir ningún tipo de crisis o de ansiedad.

Así que, ¿qué hacer cuando has recaído?

Lo importante es no desesperar. Que hayas caído una vez no quiere decir que seas un fracaso y que jamás vayas a mejorar. Perdónate a ti mismo y pasa página. Al día siguiente procura beber mucho agua y mantenerte fiel a los menús que has establecido. Bajo ningún concepto te castigues pasando hambre porque así solo conseguirás volver a recaer.

Además, intenta racionalizar lo que ha pasado. Para ganar un kilo de peso necesitas consumir ni más ni menos que 7000 kcal. Así que no, con un atracón no has echado a perder tu trabajo ni vas a engordar. Es el trabajo constante el que cuenta, no lo olvides.



 

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy orgullosa de vosotras, os quiero.