viernes, 3 de febrero de 2017

Tres días, eso es lo que he durado comiendo sano y lo más vegano posible. Tres míseros días han bastado para que me deje llevar por la puñetera tentación. Y no quiero excusarme en la regla, las hormonas y las mierdas de siempre. No quiero. Esto lo he hecho de forma consciente, camuflándolo como "hambre" cuando solo es ansiedad y gula. No quiero esconderlo más. Si, ayer y hoy la he cagado, pero es solo una semana. Volveré a empezar las semanas que hagan falta hasta que lo consiga. Y cuando pase eso, será una semana tras otra de logros y caídas, hasta que sea permanente. Y entonces podré mirarme orgullosa en el espejo y decir que estoy feliz, que estoy sana, que lo he logrado, y que he luchado y lo he conseguido.

Por fin estaré sana. Física y mentalmente. Sobre todo mentalmente.

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