jueves, 3 de mayo de 2018

Gaia meets Shokran

- Gaia, ¿te gustaría conocer a mi compañero de vida?- Le pregunté.

Estábamos sentadas en unas rocas justo al lado de la cascada. El agua nos llegaba en forma de gotitas minúsculas, y el sol formaba destellos con ellas.

- ¿Tu compañero de vida? No me habías hablado nunca de... ¿él?- Me miró dubitativa. Sonreí.

- Él es... mi mejor amigo, mi familia, mi más fiel compañero de batallas. Él es el único verdadero amor que tendré.- Dije riendo.

-¡Claro que quiero conocerlo! ¿Es un elfo como tú? ¿Tiene también cuernos? ¿O es de otra specie? Te pegaría estar con un medio felino. O quizás tenga alas...- dijo, perdiéndose en sus ensoñaciones sobre criaturas fantásticas.

- Ya lo verás cuando llegue.- Le dije a la vez que la salpicaba.

-¿Y cómo es que no vino aquí contigo?- Gaia preguntó, inclinando la cabeza a la derecha y mirándome con esos penetrantes ojos que parecen leer el alma.

- Él fue enviado a cumplir la otra parte de la misión. Por eso yo estoy aquí, y él no. Además, ocultar su apariencia aquí sería mucho más arduo para él de lo que lo es para mí.- Miré al cielo, imaginando su figura. Deseando que estuviese ya aquí.

- Oh así que tiene más atributos animalescos que tú, ¿verdad? ¿Qué es? ¿Colmillos, pezuñas, cuernos de búfalo, alas? ¡Dame una pista!

- Cálmate, friki de los animales.- bromeé.- Sólo diré una cosa. Color burdeos.

- ¿Burdeos? ¿Te refieres a ese color que está entre el granate y el morado? Wow, ¿no me digas que su piel es de ese color? ¡Qué fantasía!

Intenté no reírme a carcajadas, me levanté y extendí los brazos. Había elegido la cascada a propósito. Había espacio suficiente para que Shokran entrase. Aunque ninguno de los dos sabíamos si este mundo le permitiría manifestarse en su forma real.

-" Shokran, ¿Estás listo?"- Pregunté mentalmente.

- "Te lo estás pasando bien dejando que crea que tengo forma humanoide, ¿Verdad?"- Su voz resonó en mi mente con un tono de risa. Me limité a sonreír internamente. Él bufó.- "Infantil".

- "¿Empezamos o no, señor gruñón?"- Me burlé, y casi fui capaz de sentir el aire saliendo de él en un bufido.

- "Estoy listo."- Juntos, recitamos en voz alta el hechizo, usando la antigua lengua, y retrocedí unos pasos para dejar que el portal se abriese.

- Cuidado ahora, Gaia.- Advertí a mi amiga, mientras el portal se hacía más grande, y una sombra salía a toda velocidad de él. Mientras el portal desaparecía, el sol pareció irse por un momento. Gaia se agarró a mi brazo, con una expresión de puro asombro.

La sombra desapareció, y el sol volvió a brillar. Y Shokran aterrizó, mostrando el brillo de sus escamas burdeos a la luz del sol en conjunción con las gotas de agua de la cascada.  Oí a Gaia soltar una exclamación de asombro, y percibí su entusiasmo y cómo su magia tanteaba la de Shokran, pero lo único que podía realmente ver era a mi compañero de vida, mi dragón, delante de mí, después de tanto tiempo. Sin pensar, me lancé hacia él y me colgué de su largo cuello. El corazón parecía que se me iba a salir del pecho.

Nos hicimos una bola de abrazo, dejando que nuestra magia y nuestro alma fuese una de nuevo. Separarnos era tan duro...

Dándome cuenta de que Gaia estaba ahí, di un golpecito a Shokran para que me dejase salir del capullo en el que me había envuelto con su cuerpo. Me quedé sentada a su lado, y le volví a mirar.

- Shokran, has empequeñecido.- Comenté con una sonrisita.

- "Este mundo es más pequeño y tiene muy poca magia en comparación con el nuestro."- Dijo con altivez. Reprimí una risa.

Miré a Gaia, que tenía los ojos muy abiertos y nos miraba fascinada. Su magia me dijo lo suficiente.

- Gaia, este es Shokran, mi dragón, mi alma gemela, por así decirlo. Shokran, esta es mi amiga Gaia.- Hice breves las presentaciones.- Gaia, puedes acercarte y preguntar todo lo que quieras. A Shokran le encanta responder a todo.

Pude sentir cómo ponía los ojos en blanco mientras Gaia reía y se acercaba a conocer a esta nueva criatura. Casi podía leer sus pensamientos. "Escamas más duras que la mayoría de minerales de la Tierra, ojos adaptados para la oscuridad y la luz por igual, membrana protectora como la de los gatos y cocodrilos, un cuerpo muy largo como los de los dragones de las mitologías asiáticas, esas garras podrían destrozar mi bosque, pero su magia es pura naturaleza. Jamás le haría daño al bosque. ¡Seguro que sabe un montón de cosas!".

Gaia se detuvo, se sentó enfrente nuestra y sonrió.

- Debería haberlo supuesto. Tu magia y la suya está muy entrelazada, pero al principio no me di cuenta. Supongo que no estoy acostumbrada a tratar con magias distintas a la del bosque y los animales que viven en él.- Miró a Shokran con esos ojos que parecen leer todo.- Hola, Shokran, tengo algunas preguntas sobre tu especie.

- "Hola, Gaia. Antes de contestar, gracias por ser tan buena amiga de mi pequeña salvaje amazona".- Dijo con voz solemne.

- Soy mayor que tú en realidad, lo sabes.- Comenté por lo bajo.

- "Meros detalles".- Respondió condescendiente.

- Gaia empezó a reírse a carcajadas, y Shokran y yo la miramos, ligeramente sorprendidos.

- "¿Qué es tan gracioso?"- Me preguntó.

- Creo que se ríe de nosotros.- Le dije sonriendo.- O quizás algún pájaro a intentado usar su pelo como nido y le ha hecho cosquillas.

Shokran bufó y su risa  hizo que temblase el suelo y Gaia volvió a reírse.

- Hace tiempo que no veía este tipo de relación.- Comentó secándose las lágrimas de risa.- Verlo desde fuera es genial. Casi os podría envidiar. Conseguir ese tipo de nexo con alguien es sumamente difícil.

- "¿Por qué nos envidiarías, hija de brujas? Tú ya tienes una conexión aún más profunda que la nuestra con la naturaleza de este mundo y estás en sintonía con sus estaciones y todo lo salvaje".

- Por eso dije que casi. Deberías escuchar más a tus mayores, Shokran.- Dijo, dejando a su magia jugar con la de Shokran.

- "¿Mayores?"

- Ella es mayor que yo, en términos terrestres. Lo estuvimos calculando el otro día.- Comenté mientras observaba lo que la magia de esos dos estaba provocando.

La luz brillaba aún con más intensidad que antes, el viento, que antes no soplaba, ahora se había convertido en una brisa que movía las copas de los árboles. Las gotas de agua ya no eran fina neblina por la caída de la cascada, sino que eran como bolitas que flotaban por todo el claro. Los colores parecían más vibrantes, más vivos. Los animales del bosque, que se habían alejado por la repentina presencia de Shokran, aparecieron de nuevo, con curiosidad. Era precioso.

- Tu magia, dragón, a respondido a muchas de mis preguntas, pero sigo teniendo más.- Dijo Gaia sonriendo, moviéndose al ritmo de la magia que circulaba.

- "Responderé a todas tus preguntas, bruja. Aunque en nuestro mundo, serías llamada Chamán."- Especificó Shokran.

- Deja las lecciones para después, Shokran. La tierra nos llama.- Me dejé llevar junto a Gaia, la magia, y el movimiento.

Y resultó en uno de los momentos más mágicos y maravillosos de todos los rituales que he vivido. El bosque respiró nuestra magia, y nosotros respiramos la suya. Para cuando se calmó la urgencia de la magia, el baile y el son de una música que solo existía en nosotros, la luna brillaba sobre nuestras cabezas.

- Mañana podremos hablar con más calma.- Dijo Gaia guiándonos a su cabaña.- Hoy el bosque ha exigido su peaje, y supongo que viajar entre dimensiones es cansado.

- "Gracias, Gaia. Ciertamente lo es".- Y cayó haciéndose un ovillo al pie de un árbol.

Le miré con cariño, y me giré a mirar a Gaia. Le cogí las manos y le dije desde el corazón.- Gracias, Gaia, por esta tarde mágica. Sé que no ha sido solo el bosque, y sé que ha sido un regalo. Eres la mejor amiga que podía pedir.- Gaia me sonrió, feliz, y me apretó las manos.

- No me des las gracias, tú me has enseñado una nueva criatura de la naturaleza, me han enseñado que hay más mundos ahí fuera poblados de increíble fauna y flora, y me has dado la oportunidad de conocer más en profundidad tu cultura y la de los dragones. Te doy las gracias por ello, y por la magnífica magia que ambos habéis compartido con el bosque.- Nos abrazamos, y ambas caímos en seguida, rendidas.

Mañana sería otro día.

The way of the warrior

- I dont deserve you. I'm sorry. I'm a failure, and a disappointment. Maybe I should have never found you. Maybe it was the destiny of another child. I'm so sorry, Shokran. I don't even know what to do know. Is so hard to stop doing what I've always done... To start a new path. How ironic, a warrior failing and quiting.

- What are you saying, Aella? You're not a failure, you have never disappointed me, and no other elf could have found my egg, because I chose you, and you chose me far before we were even conscious about it. I know you better than anyone, and I know how hard it is for you to change, but you also know, as well as I, that you are capable of everything, and even if you find it imposible know, you will eventually succeed, because you're a warrior, you've always been, and you'll always be. Even if you fall from the highest mountain to the deepest darkness, even if it takes you years and you loose yourself completely. You will succeed. It is your destiny, as fighting is in your spirit. Remember that even the greatest warriors have failed many times, but, as you, they have never stopped trying. Keep trying, my beloved, even if you feel like you're doing worse. It is worse to not try at all, and your spirit would consume you, as it is not your nature. Remember, that I'm always going to be here for you, in your mind, deep in your thoughts. I know that you've always done things alone, but this is not a war for one. Come to me, every time you need it. I will be here, forever.

- Shokran...- I said with tears in my eyes. I felt like absolute shit. How could I be a warrior? How could I look up to my fellows, friends and allies, knowing that I was not able, yet, to control myself in this purpose?

- You'll look at them with pride and confidence, because they probable had dealed or are dealing with their own problems, and every problem deserves to be taken seriously, no matter how stupid it may sound or be. We all deal with problems. You, are no exception. But I love you as you are, with your problems, your ways and your moods. I still am, your live partner, part of your soul, your mind, and your spirit.- He said, and I could sense the intense love and trust he had on me trough our bond.

- I... I don't deserve that much love and trust...- I muttered.

- Aella, tell me. What's the way of the dragon soul warriors?

- Love. Fight. Control. Never surrender, never let rage control you, master your habilities, live the moment, defend those who can't defend themselves and teach the ways of harmony and peace. Fight for your ideals and your beloved ones. Don't stop, no matter if you're afraid, alone and hungry. With the effort and discipline comes the results and triumph. MASTER YOUR DESTINY. You're one with the world, and the world is one with you. You have all the powers you need to accomplish what you want, you only have to do it.- I said.

- That's it. We all have the power of creating our own destiny, we only have to do it. As dificult as it may seem, if you want it, it'll come, with time. Never give up, my beloved soul mate, and keep trying, my rider.- His voice started to sound in the distance, till I could only hear a whisper.- You are mine, and I am yours. Cause we are one. I will be waiting for you.

- SHOKRAN!- I shouted, tears running down my face. My soul mate, my friend, my dragon, my family. I looked at the sky, knowing he would feel me.- I will not disappoint you. Even if I have to fall and wake up again for a hundred years, I will master it, and return to you. I promise.

Meeting in the forest


Llego al bosque al medio día. Es un día idílico, ni frío ni calor, una suave brisa, un cielo despejado y el sol brillando en lo alto, con alguna nube ocasional tapándolo. Llego a mi pequeño refugio, acomodado entre las ramas de un gran árbol, y me deshago de mis botas, mochila, y ropa sucia por el aire de la ciudad. Suelto mi pelo blanco, y me pongo unos pantalones anchos y un top corto.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Avanzo por el bosque con los ojos cerrados y los pies descalzos. No me preocupa caerme o golpearme con algún árbol. Siento el bosque, siento cada pequeña criatura que vive en él. Puedo percibir el sol filtrándose por las hojas, y la savia subiendo por el tronco de los árboles. La vida en la ciudad es dura para alguien como yo, que necesita esta conexión para sentirse plena.

Todo el peso de la estresante vida diaria cae al suelo. Mis hombros se relajan, mis músculos se destensan. Mi cuerpo recupera la ligereza perdida tras respirar el aire puro y la magia de la tierra. Me dejo llevar y bailo por el bosque, trepando árboles, saltando piedras, chapoteando en riachuelos, perdiendo el sentido y encontrando sola el sendero. El arrullo de los pájaros me guían, pero no soy consciente de a dónde, hasta que percibo algo raro. Abro los ojos de repente, buscando la curiosa perturbación que siento. No es maligno, no es amenazador, es una magia cálida, de alguna manera, conocida, pero nunca había sentido algo así.

La sensación me lleva a un pequeño claro en sombra. Mis delicadas orejas ya han percibido sonidos. Una respiración tranquila, acompasada. Es una mujer. Su magia me lo dice, la tierra me lo grita. Es amiga. Los animales la rodean, y las plantas quieren acariciar su suave poder. Mis sentidos la perciben antes que mis ojos. No salgo inmediatamente, sino que me oculto entre la copa de los árboles, con sigilo, observando, curiosa.

Es una chica de largo y rebelde pelo rubio y no lleva nada más que una falda asimétrica marrón con tiras de colores y monedas colgando, y varios collares al cuello. La admiro desde la distancia, viendo como su magia juega con el entorno, lo acaricia, lo penetra. Lo absorbe y lo devuelve.

- Sé que estás ahí. Ven.- Dice con voz suave, girándose hacia mi escondite y sonriendo. Sonrío a mi vez, salto desde la rama en la que estaba, cayendo con delicadeza, y me acerco a ella. Tiene unos ojos llenos de salvaje libertad.

Me mira de arriba a abajo, su magia tanteando la mía. Una suave brisa se levanta, y forma un leve torbellino a nuestro alrededor, flotando en él las flores del almendro. Cuando cesa, ella se ha puesto de pie y está frente a mí.

- Me llamo Gaia.- Me dice, extendiendo una mano hacia mi corazón.
- Soy Aella.- Le digo colocando mi mano izquierda en el suyo. El tacto hace que nuestra magia reaccione, recorriendo mi cuerpo una especie de descarga eléctrica, agradable.

- Es curioso.- Murmuro.
-¿El qué?- Me responde.
- Tu nombre y el mío son ambos de origen griego.- Le digo mientras nos sentamos, y unos atolondrados petirrojos se posan en mi cabeza.
- ¿Y qué significan?
- Gaia significa Tierra, y en la mitología fue una titán que engendró a los principales Dioses del Olimpo. Aella significa Tempestad, y en la mitología fue una amazona que peleó contra Hércules cuando este quiso arrebatar a la Reina Hipólita su cinturón.
- Tierra y Tempestad, ¿eh? Me gusta como suena.- Comenta algo distraída.
- ¿Te he interrumpido con algo?- Pregunto.
- Oh, no, perdona. Cuando has llegado estaba limpiando mi energía. El contacto con humanos de la ciudad a veces puede ser perjudicial. ¿quieres unirte?
- ¿Un ritual de limpieza? Solo he oído hablar de ellos, ¡claro que quiero! No sabía que aún quedaba gente que poseía ese conocimiento.
Gaia sonríe.- Las brujas recordamos.